El día de hoy, el trabajo con la comunidad fue muy gratificante. Empezando por conocer y poder participar en el itinerario completo de actividades de un día normal en la comunidad. Al llegar pudimos compartir con la comunidad una oración dirigida por la hermana Sor Nohemy que muestra una de las miles de razones que estas personas tienen para querer salir adelante, la fé en Dios y el apoyo que él les da con sus palabras.
Luego hicimos terapia de escucha individual con los Habitantes de la Calle que alcanzamos, por el corto tiempo de la mañana. Teniamos una serie de preguntas establecidas para guiar la conversación, y no solo dejarlos expresar a ellos lo qeu desearan sino también lograr una caracterización del grupo de personas que asiste al Centro Ambulatorio. Fue algo muy enriquecedor, no solo porque en privado ellos se abren aún más a nosotras, sino porque con cada historia y el frente a frente empezamos a perder el temor o los prejuicios con los que llegamos y empezamos a unirnos más a la comunidad.
En último momento nos reunimos con Sor Nohemy para hablar sobre los acuerdos o límites que queríamos poner a nuestra actividad con la comunidad, y estuvimos de acuerdo ambas partes en el tener un clara comunicación de cada decisión que se tome y su finalidad. Además la hermana ofreció a nuestro grupo toda la información y toda la capacitación que sea necesaria y ella pueda brindarnos para ayudarnos en el trabajo con la comunidad. Quedamos en establecer el diagnóstico, aunque la hermana hace énfasis en lograr asistir a una Brigada Nocturna y al Centro Residencial antes de realizar un diagnóstico completo, pues como ella aclara, la comunidad son muchos enfoques que se deben observar.
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