El día de hoy dividimos el grupo de habitantes de la calle que hoy fueron en total 18 (15 hombres y 3 mujeres) en 4 subgrupos, uno de sólo mujeres y los otros 3 de hombres. El objetivo de la actividad era averiguar que manejo le daban en la calle a las entidades que padecen de manera más frecuente. Cada una de nosotras estuvimos a cargo de un subgrupo e investigamos sobre enfemedades específicas, en mi caso fu fiebre y síndrome de abstinecia.
Mi grupo estaba conformado por Diego, Pedro, Jorge, Javier y Alexander. Jorge es una persona difícil tiene 56 años aproximadamente y desde la primera vez que estuvimos en el centro ambulatorio notamos en él una actitud poco colaboradora y “saboteadora”. Cuando comencé a preguntarles sobre el manejo que le daban a la fiebre me contestaron que iban a la droguería a comprar algún medicamento que les recomendara el vendedor o simplemente no hacían nada. Con respecto al síndrome de abstinencia me dijeron que nunca sentían ningún síntoma después de un largo tiempo en que no consumen ningún tipo de droga, alguno de los de mi grupo me dijo que algunas veces sentía cierta ansiedad y que cuando la sentía conseguía dinero así fuera robado para poder consumir. Es un círculo, del cuál les es imposible salir. Durante el desarrollo de la actividad se presento una discusión entre Javier y el resto de los participantes de mi grupo. Resulta que Javier trataba de imponerles su punto de vista a los demás habitantes de la calle y naturalmente ellos no aceptaron eso y comenzaron a decirle a Javier que “Dejara de ser tan creído”, “Se cree Dios”, “Lo sabe todo”. Javier se molestó y se paró de mi grupo para irse a otro. Además del inconveniente con Javier, sentí que Jorge se ponía en la actitud de que a los habitantes de la calle no les pasa nunca nada y son resistentes a todo entonces creo que de alguna manera cohibió a Diego y a Alexander. Siento que podrían exteriorizar muchas más situaciones de enfermedad. Al yo percibir esa actitud comencé a preguntarles de manera abierta sobre alimentación, abrigo en las noches y sitio donde pernoctan. Con respecto a la alimentación me comentaron que son resistentes a las comidas descompuestas, pues muchas veces eso es lo que consiguen el la basura, otras veces la gente les regala comida fresca y ellos la guardan y mucho tiempo después se acuerdan de que la tienen y van a comérsela y según mi grupo, no les pasa nada, ni siquiera les da dolor de estómago. Les pregunté que cual era su preferencia a la hora de comer y Alexander me respondió que no importaba el tipo de comida sino la cantidad para que ellos quedaran satisfechos, también les pregunté que comprarían si tuvieran 3000 pesos: ¿Menudencias o de arroz? Me respondieron que arroz porque con esa plata obtenían más cantidad de arroz que de menudencias. No les importa comen de manera nutritiva, sino sentir saciedad. Con respecto a los otros temas me dijeron que siempre guardaban los cuatro mil pesos para “la pieza” y que si por algún motivo no los tenían, pero que esa situación era ocasional, dormían en la calle y buscaban muchas cobijas y elementos para cubrirse.
Entre los diferentes temas tratados puedo rescatar los siguientes comentarios: no van al médico hasta que se ven heridas con abundante salida de sangre, de los 4 hombres que estaban en mi grupo solo uno se había practicado la prueba para HIV y dos de ellos afirmaron haber tenido alguna ITS, al preguntarles como planificaban y como evitaban la transmisión de esas ITS, fueron bastante desagradables en su respuesta, solo uno dijo que procuraba utilizar siempre condón, los demás dijeron que antes de tener la relación sexual olían el flujo vaginal de la pareja y dependiendo del olor que tuviera, consumaban la relación sexual o no. Me pareció repugnante y no se hasta que punto sea cierto. Igual en ese momento los corté y les hice otra pregunta de otro tema.
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